El movimiento Herrira ha visitado esta mañana la Jefatura Provincial de
Tráfico de Nafarroa, en Iruñea, y allí han pedido el final de la
dispersión para terminar con los accidentes de tráfico que sufren los
familiares de los presos y presas políticas vascas.
Flanqueado por dos carteles de la “DGT” que decían “La dispersión mata.
Mariano ponle freno”, Sergio Labayen, de Herrira, ha recordado que hay
más de 650 presos y presas dispersadas en los estados español y francés,
y que sus familiares se ven obligados a hacer cada fin de semana 1.000,
1.500 y hasta 2.000 km para poder visitarles durante 40 minutos.
Ya son más de 20 años desde que se puso en la marcha la dispersión, y en
todo este tiempo los familiares han sufrido más de 400 accidentes, con
un trágico balance de 16 personas muertas y decenas de heridas graves.
Según han recordado, en lo que llevamos de año ya son ocho los
accidentes que se han producido, y sin ir más lejos hace dos fines de
semana hubo cuatro siniestros, tres de ellos especialmente graves.
Por lo tanto, la medida que propone Herrira para acabar con estos
accidentes es muy sencilla: “que dejen de aplicar medidas de excepción a
los presos y presas políticas vascas, que las traigan a Euskal Herria y
que terminen ya con esta sangría de familiares en las carreteras”.
En el interior de la Jefatura de Tráfico, Herrira ha subrayado un dato
que es mera estadística: cada tres años hay dos muertos por la
dispersión, y decenas de familiares sufren accidentes graves. Por eso,
opinan que “mantener esta ruleta rusa es una irresponsabilidad, ya que
puede provocar víctimas en cualquier momento”, y le han pedido al
Gobierno “que deje de jugar con la salud de estas familias, que proteja
sus vidas, y que deje de someterlas a este durísimo castigo”.
Testimonios de la dispersión
A continuación, han intervenido Ohiana Beloki y José Miguel Olza. La
primera ha explicado el grave accidente que sufrió hace apenas dos
semanas de vuelta de la cárcel de Granada, y ha mostrado la fotografía
del estado en que quedó su coche tras salir de la carretera, dar una
vuelta de campana y estrellarse contra unos árboles.
Por su parte, José Miguel Olza, familiar de un preso político navarro,
ha explicado que su familia y allegados llevan casi de 15 años
conviviendo con la dispersión, y ha incidido en el terrible desgaste que
les está suponiendo esta política.
Para terminar, Sergio Labayen ha recordado que en este momento muchos
familiares están ya en la carretera de camino a la visita, y el resto
saldrán en las próximas horas. Desde el interior de la DGT les ha
mandado un fuerte abrazo, pidiéndoles mucha precaución al volante y
trasladándoles el apoyo y la solidaridad “de la mayoría de este país,
que quiere que esta tortura termine cuanto antes”.
Finalmente, ha indicado que la situación es muy grave y que hay que
salir a la calle. “Por eso, el 19 de mayo tenemos que llenar las plazas
de toda Euskal Herria, para decir no al inmovilismo del gobierno, y para
decir sí a una política penitenciaria que respete de una vez los
derechos básicos de los presos y sus familiares”.
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